Las empresas familiares han mejorado este año sus resultados, aunque a menor ritmo que en años precedentes. Esta es una de las principales conclusiones que establece el barómetro que elabora la Cátedra de Empresa Familiar Mare Nostrum de la Universidad de Murcia y la Universidad Politécnica de Cartagena y la Asociación Murciana de la Empresa Familiar (AMEFMUR) y que mide las principales variables que determinan la actividad de un colectivo que representa más del 92% del tejido empresarial.
Especialmente positivos han sido los datos relativos a empleo y a inversión, que alcanzan los máximos valores de la serie, que se inició en 2008. En concreto, un 42,5% de las empresas ha incrementado su plantilla, mientras que un 39,2% ha aumentado sus inversiones.
Estos datos los han hecho públicos por José Luján y Alejandro Díaz, rectores de la Universidad de Murcia y la Universidad Politécnica de Cartagena, Javier Celdrán, consejero de Empleo, Empresas y Medio Ambiente, Carlos Egea, presidente de la Fundación Cajamurcia, José María Tortosa, presidente de AMEFMUR, y Ángel Meroño, coordinador del estudio y director de la Cátedra de Empresa Familiar Mare Nostrum.
El estudio constata, igualmente, que el ritmo de crecimiento es menor que el año anterior y prevé que esa desaceleración sea más evidente en 2019, especialmente en el contexto nacional. Por ello, aunque la cifra de negocios muestra un saldo positivo y la mitad de las empresas aumentaron sus ventas, el Índice de Confianza desciende ligeramente.
Competir a través de la calidad
Entrando en detalle sobre la actividad empresarial, el barómetro indica que, a la hora de competir, las empresas familiares se centran, principalmente, en ofrecer el mejor servicio en base a la calidad y la atención al cliente. En segundo lugar, están enfocadas a la eficiencia, aunque en 2018 se produce un descenso. En tercer lugar, se sitúa la diversificación, con una orientación creciente basada en nuevos mercados y sectores.
Otra de las conclusiones es que los objetivos empresariales siguen siendo más importantes que los familiares. Entre ellos, la reputación empresarial ocupa el primer lugar y la supervivencia el segundo. En cuanto al gobierno corporativo, desciende en 8 puntos las empresas que planean transmitir la empresa a la siguiente generación ante la incertidumbre económica.
La presión competitiva, principal factor limitador
La presión competitiva (55%) se confirma como principal factor limitador durante 2018. Con un aumento de 15 puntos, la escasez de personal cualificado (31%) comienza a ser un problema para las empresas familiares.
En cuanto a las cuestiones que más preocupan para el próximo año, las tres primeras de carácter externo muestran un importante crecimiento: el primer lugar lo ocupa la estabilidad política, seguida de la estabilidad económica y, en tercer puesto, el papel del Estado. La principal variable interna de modelo de negocio es la ampliación de mercados, seguida de la mejora de la dimensión y la organización interna.
La imagen de la empresa familiar
En este barómetro se ha analizado, de manera específica, la imagen de la empresa familiar. Los resultados confirman que, a partir de una mayor identificación como empresa familiar, se realiza un mayor esfuerzo de comunicación, al tiempo que son mayores los beneficios asociados.
Un 90% de las empresas se considera bastante o completamente una empresa familiar. Sin embargo, solo el 64% piensa que es percibida de la misma forma. Este desfase, indica el estudio, se explica porque el 23% de las empresas hace nada o poco por dar a conocer su carácter familiar, bien porque no lo ven importante, bien porque no saben cómo hacerlo. Entre las empresas que tratan de comunicar su carácter familiar, principalmente sus valores, internamente lo hacen a través de la interacción y cercanía con los empleados y las reuniones. Externamente a través de sus relaciones comerciales, la web y el resto de información corporativa.
Las empresas que otorgan una ventaja a ser percibida como empresa familiar (51%) superan claramente a las que creen que es una desventaja (23%). Las principales ventajas son el compromiso, la cercanía, la confianza y la continuidad. Como desventajas más destacadas se señala el escaso tamaño, los prejuicios por falta de profesionalidad y los conflictos internos.
Con relación a la pregunta sobre las vías para mejorar la identificación de las empresas familiares, un 19% de las respuestas sugiere un sello o distintivo donde se reconozca el carácter familiar. Incluso proponen que sea un organismo público que lo otorgue y que podría estar incluido en su forma jurídica.